Cada vez más la casa se convierte en un lugar que no solo se habita, sino que se usa de forma intensa, con nuevos usos y costumbres muy distintos a los de antaño.
En medio de la coyuntura social y sanitaria como es esta pandemia, hemos pasado (y pasaremos) mucho más tiempo en casa y necesitamos estar rodeados de todo aquello que nos haga la estancia más confortable y acogedora ya no solo para poder vivir sino también para trabajar.
Si en algo se va a caracterizar este tiempo será por el enorme disparo del teletrabajo y por el hecho de que muchas personas han tenido que remodelar alguna estancia para hacer un hueco a la oficina. Sin embargo, no todas las casas tienen una habitación “de sobra†donde instalar el despacho y, además, el salón suele estar ocupado por la familia y sus ratos de ocio, así que tener un dormitorio con oficina se ha vuelto cada día más normal y hasta necesario.
¿Cómo organizar un dormitorio con oficina?
Antes de comenzar a organizar nuestro dormitorio con oficina es indispensable saber exactamente del espacio del que disponemos. Obviamente no es igual organizar un dormitorio juvenil con escritorio para los estudios que tener que adaptar una habitación de matrimonio para el teletrabajo. Las necesidades no son las mismas y tampoco lo es el tiempo que vamos a pasar en él.
Si tienes un espacio reducido, una buena opción es aprovechar los huecos vacíos de las esquinas. Un escritorio en forma de L en una esquina puede proporcionarte un buen espacio de teletrabajo ocupando un mínimo lugar. Si además pones un par de estantes te ayudarán a tener los útiles de oficina a mano sin tener que moverte apenas.
Es importante también que tengas lo más cerca posible los enchufes para poder conectar el ordenador y una luz personal enfocada al escritorio, pero no obstante, en dormitorios con oficina pequeños lo mejor es asegurarte de utilizar todo de forma inalámbrica de manera que no tengas que depender de enchufes, hacer instalaciones o dejar cables a la vista con los que, además de darte la sensación de descuido, puedes ir tropezando.
Si el dormitorio tiene espacio suficiente lo idóneo es situar el escritorio lo más cerca posible de una ventana, a ser posible frente a ella de forma que tengamos una buena luz natural. Sin embargo, para ello tendremos que tener en cuenta que esta no refleje en las pantallas de los ordenadores o monitores.
Algo muy importante son las sillas. La silla que necesitamos para nuestro dormitorio con oficina ha de ser ergonómica, con un buen soporte, en la que nos sintamos a gusto y que tenga ruedas a fin de poder movernos libremente por la zona del escritorio sin tener que levantarnos de forma constante. Una buena silla de escritorio, con un diseño funcional, reposacabezas y reposabrazos, con función de balanceo y de un color adecuado del que no nos cansemos pronto, puede ser una gran aliada para las muchas horas que deberemos permanecer sentados trabajando.
En el caso de que necesites poner un mueble auxiliar, intenta que esté provisto de numerosos cajones y departamentos, de manera que puedas guardar el material de oficina o localizarlo rápidamente. El orden, en el caso de un dormitorio con oficina en un espacio reducido, es vital y de suma importancia: hará que nos sintamos más cómodos y relajados cuando hayamos dejado de trabajar y usemos la habitación para el descanso.
Dormitorio con oficina… y compartido
Tener un dormitorio con oficina y compartirlo con la pareja puede resultar un tanto incómodo o incluso conflictivo ya que, de forma habitual, el dormitorio es la estancia con mayor intimidad de la casa aunque, por el contrario, tiene el lado positivo de que suele ser más espaciosa que el resto de habitaciones.
Si tienes que teletrabajar y necesitas hacer un hueco en tu dormitorio para la oficina procura escoger el rincón menos transitado, zonas de paso y evita puertas y armarios o cómodas. Hay que procurar que nuestra pareja haga una vida y un uso normal de la habitación sin que nuestra presencia sea un obstáculo o una molestia.
Intenta reubicar los muebles auxiliares de forma que para acceder a ellos no tenga que molestarte o interrumpirte. Lo mejor es tratar de hacer dos zonas diferenciadas, la de trabajo y la de vida diaria, y procurar que estas interfieran lo menos posible una con otra.
Si el espacio no es muy grande ten siempre la precaución de dejar un mínimo de 70cm entre el escritorio y la cama o cualquier otro mueble que no puedas cambiar de lugar o posición.
Si lo que de verdad quieres es separar espacios para que un ambiente quede completamente separado de otro y tienes sitio para hacerlo, lo ideal es utilizar algún tipo de separación física real. Una barrera natural con plantas altas que pueda tapar la vista y separar ambas zonas queda genial al mismo tiempo que aporta vida y serenidad al ambiente. Un paraban o un biombo de fibras naturales o decorado también quedará muy bien y podrá servir para dejar fuera de la vista todo aquello que signifique trabajo en el momento en que quieras relajarte.
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